Trabajando el futuro con la labor del pasado.
Termine el Bachillerato hace 3 años. Tiempo que recuerdo con alegría, por todo en general, aunque no tenía tiempo para el descanso, porque terminábamos un trabajo y tenías que estudiar para un examen, siempre había algo que hacer, aunque ahora tampoco cambia mucho la cosa, pero al tener un hábito adquirido del Instituto como que ayuda.
También se tiene muy presente a los/las profesores/as, que nos mandaban estudiar, hacer un trabajo, etc. Ahora sin tenerlos presentes en tu actividad diaria, te acuerdas de ellos/as y en su momento podías pensar que no te dejaban de pedir cosas, pero ahora uno ve que todo lo que se ha hecho ha servido para construir una base que permite no solo desarrollar solamente tu futuro profesional sino también tus proyectos personales. Y sobre todo, reconocerles la labor tan importante que hacen con los/las alumnos/as, no solo con enseñarnos conocimientos en cada una de las materias, sino como personas que nos vamos desarrollando hacia la madurez, teniendo como referentes a todas aquellas personas:
Profesores/as, Personal de Administración y Servicios… que nos acompañaron en esta etapa de la vida aportándonos lo mejor de cada uno de ellos/as, y queramos o no somos un reflejo de ellos/as.
Yo acabo de terminar “Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear” y aun siendo bastante duro, cuando hice las prácticas en el Hospital General de Ciudad Real supe y vi claramente que había acertado en la elección de mi profesión. En este tiempo pase por diferentes estaciones de trabajo:
Radiología vascular, TAC, Resonancia Magnética, Quirófano… lo que me permitió conocer y familiarizarme con el instrumental que debía utilizar cada uno de los casos.
Me sigo formando en mi ámbito de trabajo, porque verdaderamente uno no deja de estudiar, ya que debe de estar al día en las innovaciones que se van produciendo.
Por eso os quiero decir a los/las que os estáis formando:
“No dejéis de perseguir vuestros sueños”.
Un saludo.
Francisco Brigidano Megía.
Los cambios pueden ser divertidos
¡Hola! Mi nombre es Alicia, estoy estudiando Marketing e investigación de mercados… y esta es mi experiencia desde que acabé segundo de bachillerato, hace tres años.
Debo decir que mi experiencia en el instituto fue muy buena. Es cierto, entre exámenes, comentarios de texto y repetir la palabra “selectividad”, apenas nos quedaban ratos libres, pero todos éramos expertos en aprovecharlos para echarnos unas risas. Es por esto que puse rumbo a Granada, la ciudad dónde he estado estudiando los últimos dos años, con algo de pena, pero también con mucha ilusión.
Mis primeras experiencias fueron buenas, pero a la vez muy caóticas. Nuevas personas, hacerse a la vida en una ciudad más grande, entrar por primera vez en la universidad… Cualquiera que me conozca sabrá que soy un despiste así que tengo que admitirlo, me perdí mil veces, olvidé los nombres de todas las personas que conocí, cogí los autobuses en sentido contrario y me metí en clases que no eran las mías. ¡Pero os aseguro que era todo muy divertido!
Ahora, como buena exalumna voy a dar mis consejos para aquellos que todavía no hayan vivido las primeras semanas fuera de casa. Lo primero e importantísimo (al menos para cabezas locas como yo) es que Google Maps es vuestro amigo. En serio, creedme. Cuando no sepas que autobús coger, o si era a la izquierda o a la derecha, él nunca te fallará. Sin embargo, no os olvidéis de levantar la cabeza de la pantalla y disfrutar de la ciudad donde estáis viviendo. No desperdiciéis ninguna oportunidad e intentad exprimirla al máximo, visitad todos los rincones y enteraos de todos los eventos que os puedan gustar.
En cuanto a la gente, no os preocupéis e intentad entablar relación con el máximo de personas. Al principio da mucha vergüenza, está claro, y te sientes desubicado después de venir de casa, donde hace años y años que tu grupo está formado. Pero al cabo de un tiempo te darás cuenta de que te has quedado con las personas que realmente te hacen sentir a gusto.
En los últimos meses, mi vida ha dado un gran giro, ya que decidí irme de Erasmus y ahora estoy viviendo en Swansea, Gales. Para ser sincera, tenía un poco de miedo y pensaba que me iba a costar mucho los primeros meses. ¡Pero nada más lejos de la realidad! A pesar de echar mucho de menos España (en especial a su gente… y su comida), hasta ahora está siendo de lo mejor que he podido vivir. Es inevitable sentirte a veces fuera de lugar ya que el choque cultural es muy grande, pero creo que eso es la mejor parte.
No sé dónde me lleve mi camino en los próximos años, pero espero que esté lleno de cambios, personas y sitios distintos como hasta ahora.
Por último, me gustaría dar las gracias por permitirme escribir en el blog, a Mariló por animarme a hacerlo y a vosotros por leerme. También querría decir que si necesitáis mi ayuda o tenéis alguna duda con cualquier tema relacionado con mi carrera, Granada, el Erasmus… o cualquier cosa que se os pueda ocurrir, tan solo tenéis que pedirme mi correo a Mariló o Raquel.
Un saludo, Alicia.
Lo importante no es llegar, sino el camino.
Son ya cuatro años los que llevo fuera de Valdepeñas, y la verdad es que estar fuera, es un mundo completamente nuevo. Se descubren mil experiencias nuevas en las que tienes que poner las gotas de sudor que hagan falta para que las cosas salgan adelante. Pero para que germinen todas estas experiencias, es necesario plantar una semilla, cuidarla y regarla todos los días, hasta que se vaya convirtiendo en un maravilloso árbol.
Este proceso de “plantar la semilla”, yo la viví en el instituto Francisco Nieva. Entré en el curso 07/08 en la primera promoción de la ESO bilingüe. Recuerdo como Marisa puso toda la ilusión que tenía en que todo ese proyecto saliese bien. Sobre todo, lo que más valoro es el nivel que se nos exigió en la propia asignatura de inglés. Se puso todo el esfuerzo posible en que trabajásemos de todos los modos posibles para mejorar y seguir avanzando.
Cuatro años después, terminé la ESO, y había disfrutado de unos profesores que en su gran mayoría, nos trataron de inculcar los contenidos de sus materias, además de unos valores de educación y respeto que son, aún si cabe, más esenciales en la vida que vamos forjando día a día. Se me ofertaron dos posibilidades: Ciencias y letras. A pesar de haber tenido no muy buena experiencia con las matemáticas en estos cuatro años, no me rendí pues mi camino eran claramente las ciencias, y por ahí siguió mi camino.
Y llegaron los dos cursos de bachiller. Cada uno sabía que un fallo en una asignatura, podía suponer un importante lastre a lo largo de estos dos años. No podíamos permitirnos fallar en nada e incluso, teníamos el propósito de aprobar con la máxima nota en cada materia. Es complicado pensar que el ritmo al que nos exigían ir era demasiado apresurado y no había tiempo de asimilar bien todos los conocimientos, pero es prácticamente lo que se pide en etapas posteriores.
Muchas veces terminabas con la sensación de no haber disfrutado de un epígrafe de historia, o de la explicación de una teoría física. En mi opinión la educación debería estar centrada en esa magia: en disfrutar de los conceptos. No hablemos entonces ya; de Segundo de Bachiller, y de la selectividad.
Antes de terminar segundo tenía dudas entre las salidas que podía tomar. Tenía claro que me matricularía en un grado de Ingeniería. Aunque no sabía cual elegir. Pero conforme llegaron los exámenes finales fui aclarándome, y decidí quería matricularme en el Grado en Ingeniería en Topografía. En ninguna universidad tenían nota de corte, por lo que no tenía gran preocupación en ese aspecto. Hice la selectividad y elegí Jaén para mis estudios universitarios. Y la verdad nunca sabré si escogí la mejor elección, pero ni mucho menos creo que mi elección fuese errónea.
En condiciones normales debería estar con el trabajo de fin de grado y terminaría este año, pero para todo lo valioso hay que pagar un alto precio, y aquí en concreto hay que pagarlo con esfuerzo, paciencia (mucha) y actitud. Por eso digo que no hay que desanimarse por nada, si has hecho bien tu trabajo debes estar satisfecho, y solo debes esperar que el tiempo te traiga los buenos resultados.
Tras cuatro años es imposible olvidar el instituto donde se forjó gran parte de lo que soy. Es más que agradable juntarme con amigos (que aunque ya no los vea a diario, sé que algo ha unido nuestras vidas para siempre) y recordar unas pocas anécdotas de las miles vividas juntos. Me acuerdo de todos: profesores y alumnos. Gracias por tanto. A Marisa por su paciencia y disciplina, a Luisa por descubrirme que las matemáticas no son sinónimo de desánimo, a César por su manera de amenizar las clases, a Mari Carmen Caminero por su buen humor, a Raquel Custodio por su confianza, y a todos los que hicieron de esta época una de las más importantes de mi vida.
Miguel Parrilla Orellana.
Creciendo
Cuando llega ese momento en el que sabes que ya no hay vuelta atrás, ese momento en el que estás de camino a una nueva vida, todo es una mezcla de emociones. En ese instante en el que cierras la puerta del coche, una mezcla de sentimientos que se contradicen llega a ti, alegría y optimismo, al empezar una nueva etapa de la que todo el mundo tiene tan buenos recuerdos y que llevas tanto tiempo esperando, pero a la vez un poco de miedo y tristeza al separarte de tu familia y amigos de toda la vida.
Casi dos años después de ese justo instante, puedo decir lo contenta que estoy y la suerte que he tenido de haber tomado la decisión de irme a Madrid y comenzar a estudiar Estudios Internacionales. La verdad es que no tengo claro qué quiero hacer cuando acabe la universidad, pero lo que sí que tengo claro es que esta es mi carrera. Estos dos años no sólo me han servido para asegurarme aún más de que esto era lo que tenía que estudiar, sino sobre todo, para afianzar mis principios, mis ideas, mis valores, etc. Es increíble la cantidad de personas tan distintas que puedes llegar a conocer, cada una con algo nuevo que enseñarte o que enseñarle tu a ella. Para mí eso es la universidad, salir de tu zona de confort, abrirte a nuevas experiencias, nuevas ideas, nuevos lugares, tomar decisiones, afrontar situaciones por ti mismo que anteriormente te habían dado resueltas, y sobre todo, crecer como persona.
Al poco tiempo de empezar la universidad, también me di cuenta de que no hay que tener miedo a perder la relación con los de siempre. Se puede decir que simplemente, tienes más ganas de que llegue algún puente, navidad o semana santa para disfrutar de los reencuentros y de la amistad de las personas con las que has crecido. Yo creo que la clave para ser feliz está en que te rodees de personas que sumen cosas positivas a tu vida, al igual que tú sumarlas a las de los demás. El instituto me dio cientos de cosas positivas, amigos que siguen siendo y serán parte de mí, profesores y una orientadora que no me enseñaron únicamente en el ámbito escolar, y por ello, espero lo mismo de la universidad.
Beatriz Lérida
«Muchas papeletas para llegar lejos»
Experiencias compartidas
Ahora que estoy en mi casa y pienso en las experiencias compartidas, me doy cuenta de lo que ha significado para mí el instituto. Me he dado cuenta de que todos los conocimientos académicos que me he llevado de allí han sido imprescindibles para luego poder llegar a todos los demás pero también que, como todo, al fin y cabo se han tratado de algo secundario y que detrás de esa fachada que de pequeña, incluso antes de entrar, veía con el titulo ‘Instituto IES Francisco Nieva’, se esconden cosas mucho mejores.
Un profesor, por definición, es una persona que ejerce o enseña una ciencia o arte.
En los institutos, todos ellos han sabido hacerlo muy bien. Nos han ayudado a la comprensión de todo aquello que nos hemos encontramos en los libros. Nos han enseñado cómo se resuelve un problema; que está bien y que está mal, qué opción es la más acertada y que fallos no debemos volver a cometer.
En nuestro instituto, los profesores nos han enseñado a comprender lo que viene en los libros pero también situaciones reales, que lo que está bien, lo que está mal y la opción más acertada no está siempre tan determinada y que si fallamos, sean las veces que sean, aún podemos volver a intentarlo.
Lo que quería decir con esta entrada es algo que va en nosotros desde pequeños pero que conforme crecemos, en ocasiones, olvidamos y es que ni el colegio, ni el instituto ni un módulo o un carrera es un correteo de conocimientos académicos, sino un viaje del que debemos disfrutar porque así aprenderemos mucho más de lo que nos podemos llegar a imaginar.
Paula Chaparro
NO TENGÁIS MIEDO
Mi nombre es Raquel, y la mayoría de vosotros y de los profesores no me conoceréis.
Hace 9 años ya que salí del Nieva, probablemente sea de las veteranas escribiendo en este blog. Por eso agradezco a Raquel (ya era la orientadora del centro en mis años) y al instituto que se acuerden de nosotros y nos dejen participar en este proyecto.
Aprovecho que estáis en la recta final del curso para contaros un poco mi historia.
Justo en estas fechas en el 2007 estábamos terminando el duro curso de 2º de Bachiller y nos disponíamos a entrar en el mes más intenso de todos los cursos escolares. La famosa Selectividad ha sido, personalmente, uno de los momentos más difíciles de toda mi carrera como estudiante. Os aseguro que os vais a acordar siempre de esa etapa, pero merece la pena.
Merece la pena hacer todo ese esfuerzo cuando ves los resultados y cuando te da la posibilidad de elegir la carrera que queríais, vuestro futuro.
Yo elegí estudiar Magisterio, en Ciudad Real. No me fui muy lejos de casa, pero aún así, fue una gran experiencia: nuevo hogar, nuevos amigos, nuevos profesores…Un gran recuerdo que se queda marcado para siempre.
Terminé la carrera en el 2010, justo en esos años en plena crisis económica. De aquí para allá echando currículos, haciendo pequeños trabajos de lo que iba saliendo…hasta que a finales del 2012 decidí buscar trabajo en Inglaterra. Y a principios del 2013 me convertí en una de las miles de emigrantes que salíamos del país para buscarnos el futuro.
Los principios siempre son duros: sola en un país extraño, con otro idioma, de nuevo, con otro hogar. Pero al final, el mejor año de mi vida. Descubrí un país maravilloso y conocí a las que ahora son mis mejores amigas. Ese año me sirvió para conocerme realmente a mí misma. Esa experiencia no la podría haber conseguido de otra manera.
Tras un año en el extranjero, decidí darle otra oportunidad a España. Me volví a casa a terminar de formarme en idiomas y tras unos meses, encontré trabajo.
Ahora llevo 2 años en ese trabajo, y siempre pienso que si no me hubiera atrevido a dar el paso de irme a otro país, no estaría en la situación en la que estoy.
Por lo que, mi consejo es: NO TENGÁIS MIEDO. No tengáis miedo a tomar decisiones, a los cambios, a las nuevas experiencias, a la incertidumbre. Porque nunca sabréis lo que os hubiera esperado si lo dejáis pasar.
Un saludo a todos.
Raquel Galindo
Cambios
Medio año. Así, de golpe y porrazo, llevamos 6 meses fuera del pueblo. Para mí han sido unos meses geniales, pero les precedió un año muy duro. No había día, a lo largo de segundo de bachiller, que no me pasara por la cabeza que cuando acabase el curso tenía que irme: nueva ciudad, nueva gente, nuevos estudios… se convirtió en un mantra que no me traía más que quebraderos de cabeza, ni siquiera las notas importaban, solo el cambio. Y los nervios de todo un año se condensaron en una sola noche, tras la cual me iba a Madrid, no pegué ojo y de repente, al día siguiente, estaba en una habitación nueva, en una residencia rodeada de desconocidos.
Fue un año bastante duro, de nervios y de incertidumbre, y tan sólo 2 días hicieron falta para que conociera a los que se han convertido no sólo en amigos, porque la palabra se quedaría corta. De la carrera poco tengo que decir, con sólo un día en la facultad empecé a darme cuenta de que lo había hecho bien. Ciencias políticas, en la Complutense de Madrid (en la facultad esa de la tele, sí, donde te vas a pedir un café y te pasa Monedero al lado), el año de las elecciones. Es un no parar de actividades, charlas, debates…
Sobre la ciudad, qué decir que no se sepa ya y que a la vez, si no pasas allí una temporada no vas a sentir. Sean cuales sean tus manías y tus gustos, seas un friki de la biología o lo seas de la política y el periodismo; del reggaeton, del rock o del jazz, todo lo que necesites va a estar allí para ti. Y lo que desde el pueblo parece un mundo a parte, de gente a la que admirar y parece intocable, te envuelve y se convierte en tu día a día. Uno de los periodistas que más admiro me pasa ahora cada mañana al lado en bicicleta, he podido hablar con gente que hasta ahora había sido poco más que una cuenta en twitter o una cara en la tele, el periódico…
Sólo me queda decir que está siendo un año muy divertido, de experiencias y de aprender. Y de cambios, muchos cambios (va a ser verdad que son buenos, con el miedo que dan…). Así que un consejo para los que les espera esto después de verano es que no os agobiéis, que lo mejor está por llegar. Respecto a selectividad, también tranquilidad, es un mal trago que hay que pasar pero que con paciencia se lleva mucho mejor; sin compararse con el resto más allá de lo necesario (que aquí cada uno se conoce a sí mismo y tiene su propia forma de prepararla).
¡Muchas gracias Mariló por esta plataforma para saber qué ha sido de todos! Dejo por aquí alguna foto, ¡un abrazo!
NUEVAS EXPERIENCIAS
Quiero empezar esta entrada diciendo que no soy la persona que mejor se expresa por escrito (he visto algunas entradas y, joder, habéis dejado el listón bastante alto), pero bueno, intentaré plasmar todo lo que llevo vivido en esta nueva etapa de mi vida y vaya, que os sea de alguna manera llevadero.
Antes de empezar, me gustaría también agradecer a Mariló que se haya molestado en hacer este espacio para que de alguna manera no perdamos el contacto entre nosotros. Gracias Mariló, sin duda desde que eres la directora, el instituto tiene un brillo especial.
La verdad es que estaba aterrada los primeros días. Bueno, más que aterrada había una mezcla de emociones dentro de mí: por un lado estaba ansiosa y emocionada por saber qué me depararían las clases, si de verdad era lo que quería estudiar o estaba confundida, quiénes serían mis nuevos compañeros, convirtiéndose así en nuevos acompañantes en este viaje que es la vida; pero por otro me incordiaban pensamientos como: “¿Y si esto no es lo mío?” “¿Vivir lejos de mamá? No aguantaré ni dos días” “¿Y si no congenio con mis compañeros?”, preguntas que probablemente todos nos habremos hecho los primeros días. Pero aquí estoy, escribiendo en un blog de antiguos alumnos después de seis meses de supervivencia a base de “tuppersMamá» e “intentos de comidas decente” (aunque tengo que reconocer que no se me da tan mal como yo creía). Y repito: SEIS-MESES. Si parece que fue ayer cuando estaba en el instituto haciendo la temida PAEG y pensando en el verano que me iba a pegar cuando acabase esa tortura.
La independencia te cambia completamente. He de decir que vivir sola tiene miles de responsabilidades y aun así no cambiaría esa sensación por nada. Además aquí en nuestra “dulce morada sin calefacción” tengo el apoyo de mis compañeras de piso, las cuales se han convertido en algo imprescindible en mi día a día, desde esas tardes interminables en el brasero viendo “Friends ” con Andrea, hasta las tardes muertas escuchando como Paula me deleita con sus conciertos “románticos” con la guitarra.
Reconozco que seis meses dan para mucho:
He tenido experiencias que nunca pensé que viviría, como ese fin de semana improvisado de noviembre, en el que disfruté por un lado del mejor concierto de mi vida, a cargo de los “Antílopez” (risas aseguradas 100%), y por otro, en el que también me fui a la playa junto con Paula y su guitarra en mano modo hippie (sí, en noviembre, y sí, en bikini).
He conocido a personas que sin duda me han aportado mucho más de lo que ellos creen. Personas con las que nunca pensé que llegaría a conectar tan bien. Compañeros con los que ya no solo comparto clase, sino también experiencias y carcajadas. Amigos que se han vuelto imprescindibles en mis días aquí.
Me ha dado cuenta de que todas las dudas que tenía sobre estudiar psicología se han esfumado con el paso de los días. Bendito el día que elegí estudiar esta carrera. Cada hora en clase aprendo algo nuevo y útil que poner en práctica en mi día a día, y también hace que vea las cosas de otra manera. Ya no solo en lo profesional, sino en lo personal, es una carrera que me llena, y me alegro de haber hecho lo que realmente quería, y manteniendo al margen comentarios prejuiciosos sobre mi carrera y sus salidas profesionales. Tengo que decir que me acuerdo mucho de ti, Raquel, espero que leas esto porque quiero agradecerte que me motivases a empezar esta carrera, espero algún día poder ayudar a alguien de la misma manera que tú lo has hecho conmigo como la gran profesional que eres en tu trabajo, que nunca se apague esa sonrisa que tanto te define y que alegra a todos en el Francisco Nieva.
Y por último, estoy experimentado y saboreando cada día la belleza de esta maravillosa ciudad. Incluso he de reconocer que me he emocionado admirando la Alhambra (que no la cerveza, aunque reconozcámoslo, también) y recorriendo esas recónditas callejuelas en las que brota tranquilidad y armonía. Pero sobre todo, lo que más me gusta de Granada son sus atardeceres, con su cantidad de tonos diferentes de colores que hacen que mis ojos contemplen asombrados cada instante aquí.
Como no todo iba a ser tan bonito, también echo mucho de menos a mi familia, a mi madre que ha sido y es mi gran apoyo; a mis amigos, repartidos por todo tipo diferente de ciudades: Toledo, Madrid, Alcalá, Cuidad Real, Albacete, Córdoba… Y si, también echo mucho de menos a todo el IES Francisco Nieva, porque ha sido una parte muy importante en mi vida y de la que no me quiero desprender.
Finalizo ya esta entrada animándoos a escribir aquí a los que todavía no lo habéis hecho (creedme que no ha sido tan difícil como pensaba, una vez escribes una frase la siguiente sale sola).
Un besazo enorme y atreveos a disfrutar de las experiencias que la vida os propone!!
1000 maneras
En primer lugar me gustaría dar las gracias a Mariló por crear este blog y dar la posibilidad a los alumnos que siguen en el instituto de conocer un poco sobre la vida universitaria y a mí la posibilidad de poder compartir mis experiencias con todos vosotros. Ahí va:
Queridos futuros universitarios, de vuelta a Valdepeñas después de haber acabado el mes de enero, me doy cuenta de que ya se ha acabado un cuatrimestre y que el tiempo ha pasado más rápido de lo que me imaginaba. De repente, mi hogar se ha convertido en una residencia en la que comparto todos mis pensamientos con gente de mi edad. Las comidas se han convertido en el mejor momento para relajarse y charlar con las amigas. Mi compañera de habitación ha resultado ser también mi compañera de clase y una gran persona. Mi familia se ha convertido en mi desahogo y apoyo incondicional (Sin ellos nada de esto sería posible). Y yo sigo siendo la misma chica de hace 6 meses, con nuevas metas, preocupaciones y proyectos como el de carrera pero también el de disfrutar de los momentos que me regala toda la gente que me rodea.
Todos los consejos que yo pueda dar a los estudiantes (en especial a los que están cursando 2º de bachillerato) son cosas que iréis aprendiendo con el paso del tiempo pero que me gustaría adelantar porque a mí me han ayudado y ahora más que nunca, lo siguen haciendo: ‘Tanto si pensáis que podéis como si pensáis que no podéis, estáis en lo cierto’. Queridos futuros universitarios, lo que quiero decir es que no debéis dejar que nada ni nadie se interponga en vuestras metas, sobretodo vosotros mismos, y nunca olvidéis que si algo no nos sale a la primera, aun tenemos 999 maneras más de intentarlo.
Muchas gracias por leer y suerte en todo lo que os propongáis.
Paula Chaparro Galán.